sábado, 26 de octubre de 2019

Panorama I

Apareció caminando como desorientada, a pesar de que sus ojos revelaban un anclaje al mundo más cierto que el de los otros mortales. Se sonreía para sí de forma casi imperceptible, en un disfrute gozoso que posiblemente fuera intransmisible.
Usaba las uñas cortas, y pese a que era muy bella, no realzaba ninguno de sus atributos femeninos con vestimenta o adorno de ninguna clase.
Sus pantalones holgados tipo Oxford reforzaban esta idea de estar más allá de todo; una dejadez deliberada que gritaba en silencio su libertad.
Sus zapatillas, llenas de pintura artística, me recuerdan a otra chica sumida también en el éxtasis de la vida, que rompía con la buena presencia convencional, como si ésta fuera suficientemente desdeñable como para enfocarse en esos asuntos.

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