sábado, 26 de octubre de 2019

Soledad sobre ruinas

La soledad carcome mis entrañas y me dan ganas de comer y dormir, dormir una, dormir veinte horas seguidas, acurrucada en el calor de la cama, quedarme quieta pretendiendo morir. La otra opción, el amor por la comida, es tanto menos saludable que eso, se logra un calor en el estómago pero lo peor viene después, el desprecio social por ser gordo, las miradas mordaces, los comentarios incómodos que abarcan desde el "deberías cuidarte" al "por qué no cerrás el pico".
Soledad sobre ruinas, sangre en el trigo, cantaba el querido León, y yo aquí, con ansias de compañía estando tan sola, yo aquí, deseando concretar todos mis proyectos, yo aquí, deseando ser emprendedora, deseando ser famosa, y tan inmóvil en definitiva como la pétrea piedra de debajo de casa.

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