sábado, 26 de octubre de 2019

Apuntes

La pequeña se acerca con sus hebillas de plata; la pequeña se acerca con sus hebillas turquesa.
Tiffany tiene en realidad una hebilla verde manzana y otra roja, una al lado de la otra. Tendrá dos años, y el pelo corto y negro.
La conocí tomando agua a la par que yo lo hacía. Sentí que ese suceso cósmico nos conectaba de alguna manera.
Balbucea mientras observa un libro llamado Mundo ruidoso.

"La pasión no nos regala la eternidad sino la vivacidad, ese minuto en que se entreabren las puertas del tiempo y del espacio" Octavio Paz

Reencontrar el rasgo que venimos amando desde siempre.

Soledad sobre ruinas

La soledad carcome mis entrañas y me dan ganas de comer y dormir, dormir una, dormir veinte horas seguidas, acurrucada en el calor de la cama, quedarme quieta pretendiendo morir. La otra opción, el amor por la comida, es tanto menos saludable que eso, se logra un calor en el estómago pero lo peor viene después, el desprecio social por ser gordo, las miradas mordaces, los comentarios incómodos que abarcan desde el "deberías cuidarte" al "por qué no cerrás el pico".
Soledad sobre ruinas, sangre en el trigo, cantaba el querido León, y yo aquí, con ansias de compañía estando tan sola, yo aquí, deseando concretar todos mis proyectos, yo aquí, deseando ser emprendedora, deseando ser famosa, y tan inmóvil en definitiva como la pétrea piedra de debajo de casa.

Panorama I

Apareció caminando como desorientada, a pesar de que sus ojos revelaban un anclaje al mundo más cierto que el de los otros mortales. Se sonreía para sí de forma casi imperceptible, en un disfrute gozoso que posiblemente fuera intransmisible.
Usaba las uñas cortas, y pese a que era muy bella, no realzaba ninguno de sus atributos femeninos con vestimenta o adorno de ninguna clase.
Sus pantalones holgados tipo Oxford reforzaban esta idea de estar más allá de todo; una dejadez deliberada que gritaba en silencio su libertad.
Sus zapatillas, llenas de pintura artística, me recuerdan a otra chica sumida también en el éxtasis de la vida, que rompía con la buena presencia convencional, como si ésta fuera suficientemente desdeñable como para enfocarse en esos asuntos.